domingo, 11 de marzo de 2012

silencio

Me encontré extrañándote de nuevo, de nuevo queriéndote entre las yemas de mis dedos, de nuevo nosotros.

 escribirte,  llamarte, olerte,  bañarme contigo, sentir tu boca  mordiendo mis labios, tus ojos mirando algo a través de mi o dentro mío, con esa manera que tienes de verme por dentro, con esa manera que tienes de tocarme por la espalda, de hacerme completa.

me encontré mandando  un mensaje al espacio, una cuerda a la nada del otro lado, cuatro sílabas que pueden significar un todo, porque la nada ya me la se de memoria.

me encontré preguntándole a tu sombra si era cierto, si alguna vez fue cierto y estábamos predestinados a ser una sola cosa y a mirarnos por dentro y a través y perifericamente.

me encontré con el teléfono sonando de lejos, con tu voz del otro lado, con la presencia de tu cuerpo en este instante; y no dije nada.

 Para ti la vida correrá de nuevo larga en horarios solitarios sobre trozos de papel y tabletas  digitales, seguirás  creando mundos de colores con habitantes conocidos, trazando cuerpos, haciendo el amor a diario, bañándote a diario, comiendo a diario, el silencio nada significa.

 ¿yo?, yo me quedó con tu saludo entre la palma de la mano y el oído; con la lágrima, con el vacío de tu voz atorado en el pecho, con la esperanza de verte una vez y bañarme contigo y acariciarte de nuevo y sentir tus labios mordiéndome el corazón mientras nos miramos por dentro y a través y perifericamente.

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