entretanto me voy vistiendo, me dejo recostar un poco humeda en la cama destendida, mi pelo aún moja tu almohada dejo mi marca, no me vito, por que te has empeñado en retirar acertadamente cada prenda que coloco, tu ventana me ilumina solo parcialmente, tus ojos me miran asutados como un niño a su madre que lo baña, yo te miro como un lobo un gigantesco ser que me arranca la piel con sus dientes filosos, me gusta verte transformarte, esconderte en el contraluz, absorberme con tu aroma canino.
"alguien se ha acostado en mi cama"- susurra el osezno
sus garras infantiles tocan ala niña, su aliento de oso, dulce miel, la niña se deja rasguñar entre las piernas, sus rizos se revuelven con el viento, sangra un poco pero su sangre es dulce, las hojas acarician ruidosamente las plantas de sus pies, la casa del bosque ha quedado lejos
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