quise escribirte algo que saliera de mi boca, como un suspiro o el humo de los cigarros fumados mas por tensión que por deseo.
quise y no pude, las sábanas se me revuelven cálidas en el pensamiento, no dejamos de tenernos, añorando las condiciones pasadas, desenvolviéndonos en estereotipos gramaticales y caricias que se van dejando engañar por el atardecer tras las persianas y los ladridos lejanos de los perros, nada pasa, todo como un sueño borroso en la piel, grabado con tinta china, pasado por agua, se me escurren las caricias por entre las piernas, se me antoja el olor de tu cuello, el paso lento de la lengua sobre la brumosa despedida y el camino de regreso. Ya no miro atrás, ya no llamo ni busco, dejo que me encuentres suspendida en los sonidos de madera y los olores clandestinos de un cuarto harto y vacío. Dejo me adivines parafraseando tus alucinaciones, bebiéndote el color de un cuerpo, volteando apenas tu rostro al recostarte, mirando lejos, amando un vació etéreo, una figura fugaz en la penumbra de la noche y luego nada, quizá fui al baño, o quizá jamás estuve y nos hemos inventado todo.
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