jueves, 5 de mayo de 2011

¿Cómo omito gentilmente que me gustas?
-ignorando las ganas-
¿pensando sólo de ves en cuando?
¿dejándote para los sueños escapistas o las noches de soledad?

Te dejo fuera por que no se cómo empezar a buscarte,
llamar a tu puerta,
esconderme en tus ojos;
renuncio por cobardía -ya no sabría que hacer contigo-
descarto la incertidumbre,
me vuelvo vieja,
el alcohol se acomoda más íntimamente en las venas,
como gotas de suero o
lluvia en las alcantarillas.

me vuelvo un poco para verte,
saboreando lo que pierdo,
el rechazo inminente me congela las vísceras,
y sin embargo, que bello sería escucharte decir -no- una sola vez.

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