sábado, 5 de mayo de 2018

Maldito tiempo


"Pero yo no tengo derecho, a voltear, a gritar o golpearte repetidamente para sacar algo de lo que se acumula aquí dentro.
Yo no puedo vomitar mi miedo o la ansiedad de tu ausencia cuando los pasos en la casa se vuelven más fuertes y cercanos en la soledad del duelo, en la melancolía de los que nos sabemos (creemos) desplazados, despojados.


Yo no tengo derecho a abrir mi boca para refutar, para decirte que no es el momento de partir o de parar, porque lo has dejado todo en ese caos de palabras sin destinatario y conversaciones “amistosas” sobre un beso largo y la imposibilidad de sentirse temblar como lunas o peces.


¿qué hago con eso?, ¿qué hago yo que no tengo ese derecho; en medio del terror, del caos, de la ausencia y de la cotidianidad perdida, de la soledad perpetua?

¿dónde te dejo el enojo, las ganas de ser yo la que regale palabras a la nada, la que bese con letras prestadas, la de los puntos suspensivos al final de una poesía no terminada de citar?
¿cómo te cuento que también desde acá las caricias ajenas se vuelven dagas?

Que brotan de mis manos los ríos regalados por tus manos en otro pelo, no importa que no se toquen, igual maltratan"





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