El dolor en los huesos, el ansia, esa presión constante en el plexo.
La ausencia de verte, de olerte; no hay vuelta atrás.
El temblor en mis manos, los ojos se deshacen en ríos interminables.
Las ganas de besarte, tocar tus manos, recargarme en tu pecho; decirte que te amo.
Ya no estás y probablemente no volverás nunca y en la pesadumbre de esa ausencia interminable, solo un espacio en blanco, una hoja que apenas se vislumbra cómo el vacío, asiosa de ser llenada con mi nombre.
domingo, 10 de junio de 2018
Abstinencia
Publicado por
triciclodemetal
en
10:28
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