domingo, 17 de enero de 2010

cadáver (la central xalapa ver.)

continuamos comiendo de nuestras palmas,
adorándonos en la ausencia,
derrochando el tiempo de la miradas; no nos corresponde gastar ese tiempo
le pertenece a otros,
aquellos que no caminan,
que se detienen minuto a minuto,
en cada respiro,
en cada pulsación de sus latidos;
es hora del despojo.
hora sutil entre las sombras,
hora de restaurarnos,
rebelarnos.
dame la mano cálida de tu recuerdo,
aquella que sostenía el té caliente hecho por la abuela
que habitó hace dos siglos en el tiempo,
siglos intermitentes,
partidos por la mitad
como hombres muertos en una carretera solitaria,
escondida entre las grandes rocas
talladas por tiempos cambiantes,
fugaces.
Otoños ardientes que no terminan,
en vísperas del árido invierno que nos aguarda,
allá después de todo, tras esa puerta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me agrada Sole