no se por que tras la pared fría de tu nostalgia
me es imposible verte o tocar con las yemas de los dedos tu cara lejana,
quiero sentir tu cuerpo abrazarme muchas horas, olerte de nuevo,
desvanecernos entre las luces neón que algún día nos enmarcaron y beberte entero y saber que bebes también de mi.
no puedo evitar el líquido que sale de mis ojos, no puedo dejar de tirar los cigarros a la mitad y saber que me recuerdas, como en una fotografía, como en un rollo estúpidamente almacenado en el congelador.
a veces siento que no existo, que en el ataúd de tus ojos no hay un nombre para mi.
luego me sonrío, miro el largo camino de andenes que me llevan a casa, decifro mi lugar entre tus dedos, mis manos con tu piel, el sonido de la mañana se desvanece con las proyecciones en la pared y la certeza de volver a pronunciar un nombre quedamente en tu oído mientras logras convertirme en algo húmedo y retozante entre las sombras de nuestra habitación.
1 comentario:
Cobran vida tus imágenes...
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