jueves, 3 de febrero de 2011

a veces

a veces casi no me acuerdo de tu cara, que se confunde con
los rostros de otros tantos, que se sonríe con otras bocas

a veces creo olvidarte en el hartazgo de sexo fácil entre las luces deformadas
de la noche alcoholizada que es mi vida.

a veces pienso que de mi corazón se ha salido por fin tu aroma
que ya he borrado todos tus dibujitos de mi pizarra clandestina, que
alguien más puede suponerme o decsifrarme.

a veces pienso …

y luego la puta vida me devuelve de golpe el aroma del café por las mañanas, los trabajos nocturnos, tus manos, mi lugar en esa cama nuestra, nuestras borracheras y los golpes entre la neblina una noche de pulque y melancolía compartida.

quisiera quizá como algún otro encontrarte en el café de la mañana sin que tanta cosa irrenunciable hubiera sucedido.

a veces quisiera eso y olvidarte al mismo tiempo, sacarte de golpe de mi cuerpo
dejar de llamarte a susurros, dejar de cortarme las venas o colgarme de algún árbol.

a veces y a veces sueño y me levanto y a veces también he muerto y de todas formas sigues ahí mirando lejanamente algo… como un plato de comida que se ha quedado olvidado en el refrigerador.

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