Hay un sitio seguro,
espero.
Hay horas
y lugares clandestinos dónde soy.
Hay cientos de manos
y pies
y ojos
como nadas inmensas,
como cuchillas.
hay un sitio seguramente seguro
entre el mar del dialogo conmigo misma
Hay un vaso de agua y una botella de licor
hay una sombra,
la mía.
hay un abismo,
el de mi cuerpo y su sombra.
No hay lugar seguro,
no hay soledades infinitas,
ni abismos,
ni pretextos
tampoco cuchillas o licor.
Nada salvo el espejo roto que es mi cuerpo.
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