No puedo competir con una mujer muerta.
Dame la mano, deja que te coja fuerte para echarnos a volar lejos, con los ojos sellados con grapas y las pupilas dilatadas a nuestro antojo.
Yo tampoco aguanto el mundo, busco agujeros en el asfalto para invernar, para no saber nada, para no ver nada.
quisiera que estuvieses aquí aunque sea para mirarte aparecer y desaparecer en la red, aun que sea para tocarte con la mirada perdida entre mails y series que ayudan a distraerme de ti, a dejarte flotar como lo haz hecho siempre; mi siempre ese siempre que te conocí, el siempre que somos sin serlo, entre nubarrones y antigüedades, con el zumbido sobre los parados adormecidos.
Yo se que te oí pronunciar mi cuerpo entre los labios de los dedos, susurrarme la eternidad de la noche, quererme cerca, como en lapsos, sin la frontera anual de los cumplidos diarios o los regalos de aniversario, así, solos; como sombras desnudas que se aman en años bisiestos o el paso de un cometa.
no puedo competir con una mujer muerta, no puedo ser el cadáver, ni los gusanos, o el estiércol de rinoceronte y los escarabajos tricéfalos de mi apartamento.
!no quiero!
¿Es mucho pedir ser una pluma que se ha escapado de tu almohada?
Dame la mano, deja que te coja fuerte para echarnos a volar lejos, con los ojos sellados con grapas y las pupilas dilatadas a nuestro antojo.
Yo tampoco aguanto el mundo, busco agujeros en el asfalto para invernar, para no saber nada, para no ver nada.
quisiera que estuvieses aquí aunque sea para mirarte aparecer y desaparecer en la red, aun que sea para tocarte con la mirada perdida entre mails y series que ayudan a distraerme de ti, a dejarte flotar como lo haz hecho siempre; mi siempre ese siempre que te conocí, el siempre que somos sin serlo, entre nubarrones y antigüedades, con el zumbido sobre los parados adormecidos.
Yo se que te oí pronunciar mi cuerpo entre los labios de los dedos, susurrarme la eternidad de la noche, quererme cerca, como en lapsos, sin la frontera anual de los cumplidos diarios o los regalos de aniversario, así, solos; como sombras desnudas que se aman en años bisiestos o el paso de un cometa.
no puedo competir con una mujer muerta, no puedo ser el cadáver, ni los gusanos, o el estiércol de rinoceronte y los escarabajos tricéfalos de mi apartamento.
!no quiero!
¿Es mucho pedir ser una pluma que se ha escapado de tu almohada?
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