Miedo

a que le temes?
al despojo?, a las noches frías?, al sexo fácil?, ¿a la desconocida
que no se queda?,¿ a los gatos?, ¿a la soledad?, ¿al cúmulo de cosas
que finalmente nos dan cuenta de que estamos vivos? ¿a eso le temes?

por la inconstancia me lo pregunto
porque a ratos pudieras adormecerme entre los trazos de tu letra
por la constante apatía,
porque me regalaste una tarde de domingo
y notas viejas.
Dos personajes desconocidos.

¿De quien son las dolorosas ataduras en tu espalda?
que más te da lanzarte de nuevo al abismo, regalarme una sonrisa
apretarte fuerte contra el pecho de alguien.
Dispara a tu pasado de frente con la escopeta doble, para que te manches
con su sangre la cara.
la tarde se vuelve noche con la suave melodía de un gramófono.
solo nos falta escupir al cielo, dejar que las ruedas giren y se detengan
mirar esa máquina de escribir, hacerla nuestra.

mancillarnos los dedos con un martillo,¿ que más da? si la noche es
muerte, el techo de los despojados, ataúdes de caoba y pulcrísimas sábanas recién lavadas.
un día una vida, la eternidad en nuestros cuerpos no dura tanto, sólo despojos orgánicos, cuencos vacíos rellenándose.

¿a qué le temes? y finalmente esa pregunta también me corresponde.