lunes, 27 de febrero de 2012

Aunque no existas

Hoy me senté a escuchar las mañanitas contigo cantándome al oído.
Hoy te vi parado en el poste cerca del banco por el que paso a diario; te vi sentado, quizá, de espaldas en el autobús contemplando algo, tal vez a mi, sobre la acera caminando.
Hoy te vi como cien veces;  rodeándome la cintura, besándonos cerca de una cafetería; en el patio de una casa que no conozco; haciéndome el amor como lo hacen los locos, en un cuarto húmedo, en la escalera de la cocina, tras el sofá, en el armario, como dos niños que apenas se conocen y ya se aman, aunque no volvamos a vernos, aunque nuestros sexos aun no  se exciten lo suficiente, aunque nunca te toque de veras, aunque no existas

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