lunes, 27 de febrero de 2012

i should

Podría escribir como mil cosas, rodearme de ojos extraños, aborrecer la lejanía.
podría olvidarte, darme la vuelta simplemente, dejar de seguirte, cerrar los ojos fingir tu muerte.

podría, si me lo propongo, buscarte, rastrear tu aroma, las huellas que dejas tras las teclas, el número de tu calzado, las horas en las que, a solas, hablas con la nada que hay detrás del monitor, con la nada que te protege. Podría rastrear todo lo rastreable hasta saber que eres tu y no otro.

Tocarte el pelo sin que me vieras en el camión de las seis de la mañana, olerte de cerca sin que lo supieras, saber tu nombre, sentir tu voz palpitando entre mis piernas mientras cierro los ojos e imagino que viajamos juntos.

Podría, en la más lamentable de las situaciones, rogarte un día, suplicar por tus labios sobre los míos, por la caricia que no existe, por el abrazo matutino que se desvanece.

Podría más o menos o ambas, pero no quiero, las acciones se vuelven marionetas del tiempo, traen consigo el aire de la redención o la culpa; prefiero ser como tu y quedarme quieta, no mirar para nada el espejo que te refleja, no querer oírte aunque me lo pida a gritos el calor en mi vientre, las ganas de tocarte, las ansias de tenerte; quedarme quieta y dejar que ocurra algo, que el mundo colapse  y nos encontremos sin querer, que no sea mi culpa, que las consecuencias se las coman los otros, los valientes, los que viven.

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