domingo, 23 de septiembre de 2018

A VECES (V)BIENES

El mar vuelve retorciéndose sórdido en las inmensidades, a veces vuelve, pero no se queda mucho, a veces se va lento, a veces; vienes o te vas como en bocanadas, como por momentos.

La marea firme me arrastra, le dejo llevarme suavemente.

Lejano canto.

Hay días en los que me siento mas pesada, en la densa superficie de mi miedo; hay veces que no, a veces no; a veces; vuelo.

La noche se va dejando, como quien se tropieza con una piedra oscura, como quien cae, como la boca del lobo.

El mar ruge y se deja caer aplastante, denso, salino, sobre el cuerpo flotante, sobre los huesos y las soledades, arrastrándonos lento hacia su penumbra de noche mojada, hacia la profundidad, hacia la nada.

La noche vuelve como quien tropieza con sórdidas soledades, de bocanadas marítimas, de cielos inmensos y agobiantes que se dejan caer densos sobre el cuerpo que flota.

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