miércoles, 26 de septiembre de 2018

labios

Aún el mayo de tus labios.
Aún; como humedades tenues; como paradojas cíclicas.
Aún tu entrepierna, el calor de tu vientre, el temblor constante de tus muslos.
Aún mis manos subiendo por tu pecho que se crece y se vuelve flores, o montañas o entramadas cuestas.
Aún tus piernas aprietan mis cienes, suplicantes temblorosas, estridentes.
Aún te miro de reojo y acaricio con la mente una cintura difusa, algo que se pierde entre las sábanas. Calor de las noches del estío, suaves bocanadas con tu aroma.

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