sábado, 4 de abril de 2009

carreteras

entré en la penumbra de mi casa después del largo viaje, una semana de eternidades y alimento visual, descubro que mi cuarto huele a ti o al revés, fue un instante solamente y era como estar de nuevo en esa cueva con ventanas amplias y rostros avergonzados, me recuesto cómo en el calor húmedo, me dejo llevar por esa nube me dejo absorber por tu aroma, después me acostumbro.

otra vez somos fantasmas otra vez no existimos, respiro tranquila, es mañana de mi partida algo se me rompió en el pecho y derramo su líquido en mis pulmones delicados aún, pasa la hora y vuelvo a respirar tranquila, me gusta que no existas, me gusta no existir, y sin embargo la constancia nos vuelve visibles, creo que eso ya lo sabías en el fondo y por eso te escapaste de tu cuerpo y me miraste con ojos tristes cuando no me daba cuenta.

el viaje fue largo, la tranquilidad de mi casa me devuelve algo, la presencia de alguien, el olor de la costumbre, mis obligaciones, las cosas que conozco, de vez en cuando escaparse con los fantasmas te libera de algo, de vez en cuando no tener miedo te libera de algo.

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