estoy sudando entre tus brazos que se van derritiendo sobre mi piel, estoy esperando desnuda mientras el humo de un cigarro se consume con tu aroma de ámbar, una gaviota ha pasado por aquí y me lleva lejos, el aire fresco se me mente entre las piernas, el tango electrónico en los oídos, sólo una nota y una voz que de pronto me ha recordado a alguien un amante tal vez, algún desconocido, voces de inframundo, el cielo que palidece tras mi paso entre sus nubes húmedas y frescas, una risa que se me escapa.
estoy bien si es lo que ibas a preguntar, sólo que ya no me vez y le temes a lo que no puedes tener, dame tu mano no me incomoda la compañía de los espejismos,un producto del calor que se retira justo a tiempo para volver a estremecerme con sus ojos púrpuras.
caigo de lo alto y me dejo caer, he vuelto a ser la misma, el día está cerca, no tengo miedo de serlo, quiero gritar algo, estás ahí mirándome como un desconocido, te lo agradezco, por eso me caes bien.
los pájaros miran mi mortal aterrizaje, mi cuerpo se a roto en mil pedazos, miro el cielo con esa sonrisa que te da miedo, miro mi mano del otro lado del acantilado, siento a las hormigas robar mis ojos, los cuervos han empezado a saborear el azúcar de mi sexo ¿ a caso habrá alguien que me reconstruya?, sólo los horizontes que me han visto caer entera y feliz desde lo alto.
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